
Izamal es un destino poco conocido de Yucatán. Este pueblo posee un rico pasado lleno de historia y cultura al ser considerado uno de los lugares con mayor legado Maya. Sólo basta caminar por sus calles para comenzar a deleitarse con sus fachadas amarillas y en color ocre que adornan sus calles.
Entre sus construcciones resalta el Convento Franciscano San Antonio de Padua, el cual cuenta con 75 arcos y es el considerado el atrio cerrado más grande de toda América y el segundo del mundo después del Vaticano.
Izamal es considerada una de las ciudades más antiguas, incluso que Chichén Itzá y Uxmal. Su legado prehispánico se puede apreciar en algunas zonas arqueológicas como Tu'UI, el templo de Itzamatul, Habuk y Ppap Hol Chak.
Pero sin duda uno de sus mayores atractivos es la pirámide Kinich Kakmó, la tercera más grande de México. Esta antigua construcción regala a los visitantes una vista panorámica de la ciudad única e imborrable. A través de ella los mayas veneraban al Dios Kinich. Esta deidad bajaba al mediodía cuando el sol se escondía para poder quemar y purificar los sacrificios y las ofrendas.
A su vez ofrece una variada gastronomía ancestral donde resaltan sabores y técnicas únicas en su tipo siguiendo una política de consumo de ingredientes locales. Esto, además de incentivar la producción familiar, apoya a los productores de la región y contribuye a la mejores en la economía del pueblo.